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jueves, 29 de septiembre de 2011

aquella era yo.


A veces me cuesta recordar lo que sentía cuando era una niña; lo que pensaba, hasta lo que veía. Y necesito hacerlo porque no puedo ser quien soy si no consigo rescatar de mi memoria todas aquellas extrañas sensaciones. Son momentos de desconcierto, pero a veces, presiento que estoy cerca; sin embargo, hay veces que siento que vuelvo a esa niñez. Pero escribir “aromas casi ingenuos” es una tontería porque ahora lo escribo, desde la que soy.
Y el mundo de la niña que yo era fue un mundo propio, un mundo en el que destacaban las grandes sonrisas, de oreja a oreja, también las lágrimas, pero sólo aquellas, se desprendían por rebeldía, por conseguir ciertas cosas. Recuerdo haberme inventado los deberes, enseñárselos a papá, y salir a jugar, donde todos los conflictos, se resolvían con perdones, un abrazo, y un beso. Etapa de la vida, en la que tu mayor problema era que tú amiga se enfrentase a ti. Recuerdo aquellas preguntas en las que me daba vergüenza responder ¿Tienes novio? – sí. Contestabas silenciosamente asintiendo con la cabeza, pero la pregunta clave, no era esa, eran con las que continuaban la conversación, ¿va a tu cole? ¿es guapo? Y ¿cómo se llama? A las que nunca respondiste claramente,a las que contestabas tímidamente, y salías corriendo a jugar, como si aquella conversación nunca hubiera existido. Pude observar como todas tenían el nuevo bebé que salía en la televisión, todas, excepto yo.
Y pasados los años, cuando ibas al cine con tu amiga y su madre, te alejaba de ellas por vergüenza ajena.momentos en los que ibas a hacer la compra, y te gustaba colocar la comida en el carro, llevarlo tú, y sacar la moneda. Tener en mente todos esos castillos de arena donde te tirabas toda la mañana trabajando con ello, para que fuese tu primo mayor, y te lo destrozase. Recordar esos momentos donde abrías tu red social, y tenías un nuevo comentario, donde presumías por tener “50 amigos” y que tu amigo tuviera 40. Observar que sigues guardando todas aquellas colecciones de tazos, gogos, cromos, “ polly pockets”, pegatinas, etcétera… donde eras feliz, fueses como fueses, gorda, con gafas, granos, estrías…
De modo, que sí, supongo que esa, era yo.

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