el mundo se me queda grande

Se derrumban las paredes del mundo de ensueño que me hizo sacar la niña que llevo dentro. Me invaden las ganas de sollozar, causadas por el llanto sacando a la luz la debilidad que durante tanto tiempo fue callada por el silencio, y ausentada por palabras.

Escondo el terraplén de la tristeza con una sonrisa en la cara, ocultando el rostro, que mi corazón mataba.

Pero llega el momento, en el que los escombros, te dejan atrapada, y no puedes salir, en el que pides ayuda, pero nadie aparece, en el que gritas, y nadie te escucha, en el que tratas de ser alguien, pero el dolor se difunde por todo tu cuerpo, tratando de desvanecerlo lentamente, disgregando todo lo que un día, fue capaz de permanecer presente en este mundo…

Arrecife sin peces

Cabalgaban las fuerzas de recordarle al mundo quién soy y quién dejo de ser. Demostrar, como puedo destacar en un inmenso océano, del cual se lucha por ser alguien.

Mi presencia aumentaba por momentos, y mis carcajadas se escuchaban al otro lado del mundo.

Ahora, finjo ser quien era, divago por aquel lugar del que vengo, pero en el océano soy una simple desconocida, de la que se hacen oídos sordos, y ojos ciegos.

Si quiera, podía encontrar alguien, en aquel arrecife del que proliferaban todos los que decían ser mis amigos…

ocultarlo todo a través de una sonrisa

comentarios inoportunos que revientan los tímpanos de esos oídos, cubiertos con unas bonitas orejas de los que destacan unos largos pendientes iluminosos, del color  de sus ojos como las olas en la mar.
Asestada ena puñalada en lo más profundo. el corazón palpitaba estrepitosamente, ocultando el rostro que el dolor mataba...

palabras callan, lo que el corazón siente

A veces no consiste en decir las cosas, sin bastar con sentirlas y callarlas en el silencio, tratando de demostrar lo que las palabras callan, y el silencio habla...

El dolor no se oculta

Él me dijo que estaba bien, yo sabía que no era cierto.
Su rostro era apagado, y sus ojos ni respondían, ni brillaban.
Yo no quise preguntar, sabía que necesitaba un abrazo, de un ser querido,
pero sin embargo, nadie tuvo la nocencia de dárselo.
Quería estar solo, con dos orejas que le escuchasen atentamente,
sin palabras que callasen lo que sentía.
Se derrumbaba por dentro, tratando de fingir lo contrario, aún sabiendo,
que lo que más duele, es imposible ocultarlo...

#N.

De lo posible, lo imposible

Divagaba por aquel lugar vacío, y lleno de escombros, cuando me encontré cabalgando a la tristeza arroyando mi camino de delicada meta.

Me considero no muy grande, un tanto pequeña, pero no invisible, para que ésta no fuese capaz de esquivarme, evitando el miedo que transcurría mientras caía sosegadamente, de manera inesperada.

Fui sacudida por la desgracia y el dolor, mientras el miedo me abarrotaba mis ganas de terminar muriendo, ahogada en un océano, y no en un río, del que destacaban las sonrisas, de una pequeña, muy grande…