Hola Paula,
¿Qué tal?
Hace 41 años desde la persona que hoy en día eres.
Supongo que apenas queda guardada en tu mente cuando eras
universitaria, estudiante de publicidad, primer sueño cumplido.
Antes de comenzar, recuerda quien eras:
¿Te acuerdas?
Una pequeña estudiante de publicidad, aquella ingenua que
deliraba y se pasaba el día escribiendo batallas en su blog. En definitiva una
pequeña ingeniera de sonrisas. Mil sueños, y objetivos en mente, recuerdas,
querer viajar por todo el mundo trabajando para el National Geografic, trabajar como publicista en Coca-Cola, y mixta,
irme de voluntaria a Nigeria, Nepal,
Kenia, u otro país a dejar un trocito de mí.
No sé si se han cumplido, o simplemente, se quedaron en “ojalás” al filo del colchón. Pero estoy
segura, de que haya hecho lo que haya hecho, habré logrado otras metas, aunque
solo sea, aquella de crecer, de hacerme grande como persona, siendo el mejor
reclamo para algunos, y el peor enemigo de otros.
Sabes, escribiéndote desde los 19 años, de las pocas cosas
que me preocupan, el no haber aprovechado el tiempo es una de ellas. Y quizá
sea éste, nuestro principal problema, poco a poco, ya lo he encontrado.
Mientras estabas en el colegio, te preocupaste de vivir en
el futuro, no pensaste en cambiar tu entorno, para ser feliz. Simplemente,
creías que era pasajero, y que ya lo sería cuando fuese mayor.
En el instituto, lo mismo.
Ahora, he llegado a la universidad, y parece que ya se me
van acabando las etapas, bueno, es una etapa, y entonces, piensas, “cuando
trabajes, serás feliz”, y repetimos otra vez el mismo ciclo, intentando
superarlo, buscando el más allá. Pues no nos es suficiente lo que estamos
haciendo.
Y espero, que mientras que estés leyendo esto, y a lo largo
de esos 41 años que han pasado, haya ido cambiando.
Supongo, que si me estás leyendo es porque son 60 años los
que llevan tus pies caminando para llegar lejos, bien lejos. No puedo hablarte
de gran cosa, solo son 19 con los que me paro a escribirte, no me cabe duda de
ser quién eres, supongo, que una abuela genial. De esas que aún con pelo
canoso, sus nietos presumen de ella.
Tampoco, me cabe duda de que eres una viejecilla bien sabia,
ya que como bien dicen para ser viejo y sabio, primero hay que ser joven y
estúpido. Y en efecto, sigo siendo aquella chica con pájaros en la cabeza, a la
que le retumba en su mente aquellas ideas filosóficas que nadie entiende.
Pero hay algo, que sé que te has dejado, y es haber crecido
y que se te hayan olvidado cumplir aquellos sueños, dejándolos al filo del
colchón. Así que recuerda, la próxima vez que tengas un sueño, que no se te
olvide cumplirlo.
Espero que hayas sido feliz, y hoy por hoy lo sigas siendo.
Con muchísimo cariño, ¡Desde aquella adolescencia!
*TRABAJO DE HABILIDADES PARA LA COMPETENCIA Y EL LIDERAZGO.