Un mensaje en una botella. Un S.O.S. desesperado. Una
llamada de auxilio. Un náufrago en medio del mar. Alguien demasiado romántico o
demasiado desesperado. ¿Quién firmará la carta enrollada que la corriente acaba
de traer hasta la orilla?
El nombre que figura en el remite, una tal Paula Picasso
Ortega, no corresponde al de una princesa cautiva;
Soy de esas que gasto
chanclas en verano, raídas camisetas de tirantes que yo misma recorto y un
ancla tatuada en la cadera, pero que se transforma en lo que quiero cuando
lancé el mensaje al mar.
Esta carta la escribo con el objetivo de que este océano
creciente y frío me dé la fuerza para poder cumplir el principal sueño; éste se
ha cumplido.
Unos prefieren llamarlo casualidad, otros, como yo, destino;
Hace 9 años que esta botella lleva surcando por las penetrantes aguas marinas,
en busca de una respuesta, y solo usted, eres el afortunado de responderla...