una derrota, una oportunidad.

Paso a paso, iba subiendo de forma paulatina Los Alpes. Cada paso, era un símbolo de fuerza. Sabía que podía, todos confiaban en que conseguiría llegar en tiempo record. A Medida que subía, era más cuesta arriba, notabas los cambios de temperatura, el cansancio, el esfuerzo. Los pies eran quemaduras de tercer grado, las manos me ardían. La nariz era inexistente, y los ojos, me lloraban como agua cae en un acantilado. Las piernas, perdían su movilidad, apenas conseguía avanzar. Los oídos me silbaban, el frío, era intenso. Pero las ganas de seguir, de Llegar a cumplir un objetivo, estaban presentes, seguía el entusiasmo, que llegase aquel momento, donde pudiera sacar la euforia, las ganas de gritar, y quedarse mudo. Quizá me faltaban diez o quince pasos para llegar a la cima, la emoción me perseguía, la motivación también. El fin era superar mis objetivos. Pero una avalancha me derrota. Evitar superar mis logros, aquello es lo que me hizo ver mis sueños por los suelos… y es que, cuando menos te lo esperas, el fracaso llama a la puerta. Te persigue, y te adelanta cuando das por hecho que la victoria es tuya…

las pequeñas heridas, son las más profundas.

Jugando en el parque me tropecé, me levanté y segí jugando otra vez, Era una herida de gran tamaño, me la desinfectaron, y se me curó a gran velocidad. una vez curada, ya no supe´nada más de ella. Al día siguiente, volví a ir, y esta vez, me empujaron del columpio. Me hice una pequeña herida, esta era profunda, me hacía débil y no era capaz de levantarme por sí misma. Después de tres días la herida parecía una pequeña costra, a punto de curarse. Pero pude apreciar, que ésta era tan profunda, que jamás pudo cicatrizar...

la felicidad está escondida.

querida felicidad, Llevo varios días buscándote por todos lados, te busqué entre los árboles, arbustos, matojos, en la casa de la depresión, te busqué a ver si estabas oculta entre la tristeza, pero no estabas. Noto tu presencia,pero no estás presente; presiento que te voy a encontrar pronto, me levanto con fuerzas, sintiendo que hoy te encontraría; Pero a medida que pasan los días soy más débil, los huesos me pesan, estoy deshidratada, y aun así tengo motivos para seguir luchando por tí. Tengo miedo, te busqué por cada rincón visible, y esque, no apareces. ¿Estás? Dime, ¿seré capaz de encontrarte? no lo sé, quizá el tiempo me saque de dudas. espero tu respuesta. aquella pequeña niñita rubia que te busca y no te encuentra.