Llega aquel día, en el que te infravaloras, en el que te
derrumbas bajo la lluvia, sin tener la posibilidad de andar bajo ella. Llega aquel día, en el que se desvanecen los
sueños de la persona que eras, con esa sensación de debilidad que recorre tu cuerpo,
sin que tu mente calle, sin que te recuerde, que no nacimos para ser perfectos,
sino para cometer errores, y aprender de ellos.
A que a lo largo del día, hacemos infinidad de cosas, y
siempre vemos esa pequeña piedrecita, más grande que el muro que tienes de
frente, sin ser capaces de valorar que fuiste grande, que nada más levantarte,
pusiste ladrillo a ladrillo, construyendo la pared que tienes delante, pero sin
embargo, solo contemplas la piedrecita con la que tropezaste, colmando el vaso,
que parecía estar medio vacío…
recuerda: te levantaste con el fin de lograr un objetivo diario, no dejes que nadie acabe con él.
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