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martes, 18 de marzo de 2014

Helados quedan mis pies


Cuando la noche es fría y se desmantela el viento que enfría tu cara,
Cuando te arrebatan las ganas de salir corriendo huyendo del miedo, y éste no hace más que perseguirte. Donde las lágrimas se abalanzan por tu garganta, y al otro lado del teléfono solo percibes esa tortura, ese sufrimiento, donde el dolor callan tus gritos de lamento.
 Sus palabras te maltratan, te asfixian lentamente, ya no tienes por donde escapar, encerrado quedas entre su versión y la verdad, desvanecen tus sentimientos, se anulan tus pensamientos.
Tu lamento recorre los recuerdos por tus venas, no sabes el tiempo que te queda, pero no hay más angustia y estrés que el saber que vas a hacer…
Mi puto corazón me delata, no soy inocente, tampoco me desarmo de las heridas de aquel esclavo, fui YO quién le pegué, pero sálveme Dios, no le quiero perder…

Porque sólo él me hizo dudar tanto, renunciar a los placeres que aún quedan en aquel llanto reflejando cuando íbamos andando de la mano, camelando la sonrisa que sólo él sabía, que me enloquecía…

2 comentarios:

  1. oh paula....que gran emoción estoy sintiendo al leer este blog

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  2. muchísimas gracias.
    la ilusión con la que escribo procede de vosotros!

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GRACIAS!