Escribirte estas cartas es un punto a favor para mi insomnio
pero también es un trabajo triste, por definición. Me duele buscarte entre
palabras, tropezarme con un lenguaje que ya no me pertenece, que no te abarca.
Resignarme a la piel a la distancia, a lo seco que es mi sudor cuando no estás.
Hoy se provocan huracanes en mi lengua, recordando cómo era
eso de besarte, de entrelazarnos perdiéndonos en aquel mundo de ensueño.
Ando desprotegida de toda aquella tortura callejera, me
siento desnuda frente al mundo que me rodea, tropezando una y otra vez,
esperando a ser vencida, cayendo atrapada en tus brazos olvidando mi mente, de
tocada locura. No cojas la maleta, la vuelta es serena, si quiera te hace falta
ropa de recambio.
Pero realmente, solo queda este vértigo de historia que nos
deshace lentamente…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS!